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domingo, junio 15, 2014
sábado, mayo 10, 2014
Historia: Las diez vírgenes
Un bello día Jesús contó la historia de diez jóvenes que fueron invitadas a una fiesta
de matrimonio. Muy alegres, las muchachas se arreglaron para aquella ceremonia.
Antes de salir de su casa prepararon sus lámparas con aceite, pues en aquella
época no había iluminación en las calles. Cinco de aquellas jóvenes pensaron:
“Llevemos un poco más de aceite, en caso de que el novio se demore nuestras
lámparas no se irán apagar”, sin embargo las otras cinco no se preocuparon y
llevaron tan solo el aceite que estaba en la lámpara. Llegó el momento de ir a la
fiesta, pero el novio de tardó en llegar y las muchas empezaron a tener sueño
y terminaron por quedarse dormidas. Mientras que dormían las lámparas se fueron
apagando y cuando ya fue llegando la media noche las personas comenzaron a
dar avisos de que le novio estaba llegando.
Las diez jóvenes se despertaron asustadas y notaron que las lámparas estaban
apagadas, pero las cinco prevenidas tomaron el aceite que tenían de reserva y
encendieron sus lámparas para salir a encontrar al novio , mientras que las otras
cinco quedaron desesperadas y pidieron prestado un poco del aceite para las
otras muchachas que habían llevado de reserva; pero ellas respondieron:
No podemos darles de nuestro aceite, pues si lo hacemos no vamos a
tener aceite suficiente, es mejor que vayan a comprar un poco en algún
lugar de la ciudad. Mientras que las cinco jóvenes fueron a comprar el aceite,
el novio llegó y las que estaban con las lámparas encendidas entraron con él
a la fiesta y la Un bello día Jesús contó la historia de diez jóvenes que
fueron invitadas a una fiesta de matrimonio. Muy alegres, las muchachas se
arreglaron para aquella ceremonia.
Antes de salir de su casa prepararon sus lámparas con aceite, pues en aquella
época no había iluminación en las calles. Cinco de aquellas jóvenes pensaron:
“Llevemos un poco más de aceite, en caso de que el novio se demore nuestras
lámparas no se irán apagar”, sin embargo las otras cinco no se preocuparon
y llevaron tan solo el aceite que estaba en la lámpara. Llegó el momento de ir
a la fiesta, pero el novio de tardó en llegar y las muchas empezaron a tener
sueño y terminaron por quedarse dormidas. Mientras que dormían las lámparas
se fueron apagando y cuando ya fue llegando la media noche las personas
comenzaron a dar avisos de que le novio estaba llegando.
Las diez jóvenes se despertaron asustadas y notaron que las lámparas estaban
apagadas, pero las cinco prevenidas tomaron el aceite que tenían de reserva y
encendieron sus lámparas para salir a encontrar al novio , mientras que las
otras cinco quedaron desesperadas y pidieron prestado un poco del aceite para
las otras muchachas que habían llevado de reserva; pero ellas respondieron:
No podemos darles de nuestro aceite, pues si lo hacemos no vamos a tener
aceite suficiente, es mejor que vayan a comprar un poco en algún lugar de la
ciudad. Mientras que las cinco jóvenes fueron a comprar el aceite, el novio
llegó y las que estaban con las lámparas encendidas entraron con él a la fiesta.
Esta historia nos enseña que debemos estar preparados para la hora en que
Jesús vuelva, pues Él dijo que iría para el cielo y nos prepararía una morada y
luego volvería para buscarnos. Pero será que el Señor Jesús llevará al cielo
a los niños que mienten, que son groseros y desobedecen a sus padres ¡Claro
que no! Sólo tendrá derecho de vivir en el cielo con Jesús aquel que obedece
a Su Palabra y ¿dónde encontramos la Palabra de Jesús? En la Biblia, tenemos
que estar muy atentos y hacer todo correctamente para cuando el Señor Jesús
vuelva. No creo que nadie aquí quiera quedarse a fuera como le pasó a esas
cinco muchachas ¿Verdad?
martes, abril 22, 2014
Historia: Los dos hijos
Cierto día, el Señor Jesús contó una historia muy especial que nos dejó una gran lección.
La historia habla acerca de un hombre y sus dos hijos. Él tenía una gran viña, y para cuidar
de esa plantación de uvas necesitaba de mucha ayuda, pues solo no daría cuenta de todo trabajo.
Él paró, pensó y tuvo una idea y dijo: ¡Ya sé! Voy a pedir para mis hijos que me ayuden con el
trabajo en la viña. Y fue eso que él hizo. El hombre fue hasta su primer hijo y le dije: Hijo,
necesito que usted me ayude en la viña hoy.
El joven miró para el padre y... Bueno, vamos a hacer una pequeña pausa aquí. Si fuera usted,
¿cual respuesta daría para su padre? (Espere que ellos respondan, después prosiga).
El hijo de pronto respondió: .Sí, mi padre, yo iré a ayudarlo.. Pero no fue. Si él no iba a
ayudar su padre, ¿porque entonces dio aquella respuesta? (Espere que ellos respondan)
Pero, ¿saben por qué él dio aquella respuesta? Porque era mentiroso y no quería
que el padre llamara su atención al decir que no iría. Él no era un joven sincero.
De igual manera el padre se aproximó del otro hijo y le hizo el mismo pedido. ¿
Y saben lo que él respondió? Él dijo: .No, mi padre, ¡yo no quiero ir para la viña!.
Para la sorpresa de aquel padre, la respuesta del segundo hijo fue .no.. El hombre,
sin embargo, no le importó con el .no. del segundo hijo, pues el primero prometió
ayudarlo. En el mismo horario de siempre allá estaba el padre en su plantación,
confiando y esperando por el hijo que prometió ayudarlo. Entonces él esperó, esperó,
y el hijo no apareció. ¡Ah! Como quedó triste aquel padre, porque su hijo mintió para él.
Y él pensó: .¿Lo que voy hacer? Voy a trabajar solo.. Pero, de repente, él vio
aproximándose el hijo que había dicho que no iría a ayudarlo. Entonces preguntó:
.Mi hijo, ¿lo que usted está haciendo aquí?. Y el hijo respondió: .Mi padre, me perdone.
Yo no debería tener le respondido de aquella manera. Estoy arrepentido y vine a ayudarle..
Muy feliz, el padre abrazó el hijo y juntos fueron a cuidar de la viña.
Que bella actitud ese hijo tuvo, ¿no es así? Él fue sincero al decir para el padre que
no iría a ayudarlo, pero no habló de forma educada. Él no debería hablar así con él,
a fin de cuentas era su padre. Por eso, él corrió para pedir perdón. No debemos mentir
a las personas, pero tenemos que hablar la verdad para ellas educadamente, sin ser
groseros. A través de esa historia, Jesús nos enseña a ser sinceros y honestos, ¡entendieron!
lunes, marzo 31, 2014
Mensaje de Fe
¡Una actitud puede cambiar totalmente su vida!
Os di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podías recibirlo.
En verdad, ni aun ahora podéis. (I Corintios 3.2)
El apóstol Pablo debe haber estado un poco frustrado cuando volvió
a visitar la iglesia en Corinto y ver que el pueblo siguió da la misma manera,
la situación espiritual era precaria, no hubo desarrollo, crecimiento, continuaron
en la misma etapa da la fe.
Es normal para un ser humano a lo largo de los años, mejorar, crecer en Dios,
madurar, cambiar sus actitudes y corregir errores.
Pero con muchas no resulta de esta manera, la persona promete cambiar,
pero nunca cambia, pasan los años e ella sigue igual, las mismas manías,
los mismos defectos, la misma manera de ser, simplemente no hace ningún esfuerzo.
Cuando una persona es intima de Dios se da cuenta de lo que tiene que cambiar,
Dios le muestra, consigue verlo y actúa porque ella no acepta quedarse estancada,
quiere avanzar, mejorar, crecer, ella no acepta quedarse con leche toda la vida.
Por eso queridas educadoras, ¡no se olviden que una actitud cambia todo!
Historia: La higuera sin frutos
Un hombre planto en medio de sus plantíos de uvas otro árbol.
El cuido de ese árbol con mucho amor y creció un árbol muy bonito.
El hombre pensó que el árbol iba a dar muchos higos deliciosos,
pero, después de tres años, cuando él fue a buscar los higos en
la higuera no encontró nada solamente hojas. El hombre se
entristeció mando a su empleado que cortara aquella higuera,
pues pensó que ella solo ocupaba el terreno innecesariamente.
El empleado pensó que había una solución para aquel árbol y
le pidió a su patrón que lo dejara cuidarlo un año más, él iba a
cavar a su alrededor, colocaría abono y cuidaría del árbol
con mucho cariño, si después de eso el no daba fruto, entonces
seria cortado. En esta historia el dueño representa Dios,
y la higuera somos nosotros, los frutos son nuestras actitudes.
Antes de conocer la Palabra de Dios, hacíamos un montón
de cosas erradas, ahora Dios espera que no las hagamos más.
Debemos arrepentirnos de nuestros errores, pedir perdón a
Jesús y ya no hacer las cosas que le desagraden. Este es el fruto
que Dios desea encontrar en cada uno de nosotros.
El empleado de la historia representa Jesús, Él siempre está
pidiendo a Dios que nos dé una oportunidad más, el cuida
con amor de cada uno de nosotros. Por eso no debemos decepcionarlo.
No se olviden, nosotros somos una higuera plantada por Dios,
usted está aquí oyendo y aprendiendo Su Palabra porque
Él te trajo y todas las veces que Él venga a mirar su
corazoncito desea encontrar buenos frutos, como: obediencia, amor,
cariño, educación, etc. Un niño que se arrepiente de las cosas
equivocada que hacia jamás continuara siendo malcriado y desobediente.
Usted necesita mostrara para Dios que se arrepintió, y solo cambiando
su manera de actuar con sus compañeros y con las personas mayores
podrá mostrar para Él y para todos que ahora es un hijo de Dios.
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