domingo, agosto 14, 2011

No es digno de Mí…




La conciencia pura de la fe no permite que nada, absolutamente nada, coloque en riesgo la salvación eterna del alma.

Pasiones emocionales, esto es, pedidos del corazón en relación a los entes más queridos, como hijos, madre, padre, marido, esposa novio, novia, reputación, bienes patrimoniales, en fin, hasta la propia vida, no pueden interferir en la buena relación con el Señor Jesucristo. 

“ El que ama a padre o madre más que a Mí
no es digno de Mí;
el que ama a hijo o hija más que a Mí,
no es digno de Mí;
y el que no toma su cruz y sigue en pos de Mí,
no es digno de Mí..." 
(Mateo 10.37-38)

Cualquier sacrificio, por mayor que sea, es insignificante cuando se trata de la salvación eterna del alma.

Él no consideró siquiera su propia posición Divina para asumir la condición de Maldición en la Cruz, con el fin de salvar a los que creen.

Quiere decir, Él colocó TODA SU FUERZA, HONRA Y GLORIA para salvarnos.
No midió sacrificio para eso.

¿Cómo aceptará que quedemos jugando o saltando con la salvación del alma?

En este momento, el Espíritu Santo le hace entender esto, al leer el siguiente texto:


“Y el que no se halló inscrito en el Libro de la Vida fue lanzado al lago de fuego.” (Apocalipsis 20.15) 

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