Claudio y Igor eran hermanos, estudiaban en la misma escuela y
siempre volvían juntos para la casa.
El papá de ellos, el señor José, enseñaba que ellos deberían
ser buenos niños,
amar y respetar al prójimo. Un día Igor, el más nuevo, llegó
de la escuela con un mini juego.
Cuando vio el juguete,
el señor José le preguntó al hijo de quien era el juego y le contó
que lo había encontrado
en el medio del camino a su casa. El señor
José resolvió preguntar a Claudio si, cuando estaba volviendo para la casa,
habían encontrado algo. Claudio respondió al padre que no.
¿Niños, Igor estaba mintiendo para el padre, que actitud fea, no es cierto?
Al darse cuenta que Igor no había dicho la verdad, el señor José lo llamó
y le preguntó nuevamente sobre el mini juego.
El niño se quedó asustado y cambió la historia diciendo que
había tomado el juego emprestado y que lo devolvería al amigo al día siguiente.
El hermano de Igor se dio cuento que él estaba mintiendo y dijo: -
En el momento del recreo, un niño aviso que había perdido su juego,
pero nadie le devolvió el juguete.
El señor José era muy sabio y llevo los hijos a un paseo por un parque,
cerca de su casa, y conversó con los niños sobre la importancia
de tener a Jesús en el corazón, obedecer a los padres y ser verdadero.
El señor José explicó que mismo que intenten esconder
sus errores los ponen distantes de Dios. Al oír aquellas palabras,
Igor miró arrepentido para el padre y contó lo que había ocurrido d verdad:
- Papá, encontré este juguete en la escuela, discúlpame por haberte mentido,
no haré mas eso. Y mañana se lo entregaré al dueño.
El padre se colocó contento con la decisión del hijo que lo beso y
lo abrazó contento. Amiguitos, aprendimos que el papá
(responsable) reprehende al hijo porque lo ama y está
cuidando de él, así como Dios enseña t reprehende
Sus hijos porque quiere el bien de ellos, asó como
está escrito: "Porque el SEÑOR disciplina a los que ama,
como corrige un padre a su hijo querido.” (Proverbios 3.12).